martes, 3 de febrero de 2009

...va por dentro...

¿Alguna vez sentiste que el dolor en tu alma se volvió físico y ni siquiera te salen las lágrimas?

Cada parte de tu cuerpo se estremece como si te estuvieras encogiendo por dentro, sin poder localizar un dolor específico, sino demasiado general... Como si tu corazón estuviera buscando el rincón en donde acurrucarse y alejarse de la realidad... Como si tu alma rompiera en llanto y te aturdiera desde adentro... Como si algo estuviera escapándose y dejando un lugar vacío dentro de tu ser...

No hay inyección, ni jarabe, ni aspirina que te sirva...

Imagen: purohueso.blogdiario.com/img/DOLOR.JPG

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Sabri. Gracias por visitar mi blog y por tu comentario.
Hace tiempo que leo tu blog, pero no siempre con la calma como para comentarte. Espero de ahora en adelante hacerlo más seguido, sobretodo porque se que si los tomas en cuenta.
Creo que en parte es cierto lo que dices sobre la falsa felicidad, pero si nos quejamos de la falsa felicidad y nos deshacemos de ella, no seríamos humanos. El hecho de necesitar sentirnos contentos con cosas que no nos deberían de importar es parte de nuestra naturaleza, como es parte nuestra no alcanzarlos, o como es equivocarnos. Somos unos seres imperfectos gracias a Dios (o como quieras llamarle), pero lo que si es verdad es que ya no podemos ser de otra forma, por eso a veces no deberíamos de exigirnos tanto y terminar volviéndonos nada.
Para mí igual pasa con el dolor, es parte de ser humanos y lo necesitamos para eso. Pero cuando nos confundimos entre las felicidades (falsa o verdadera) pasa lo que relatas en este articulo.
Sigue siempre con tu blog, que me ha ayudado en mucho y espero lo siga haciendo.
Ahh, y sobre mi punto de vista no es más que eso. No dudo estar equivocado, incluso me gustaría, y me encantaría llegar a la verdadera felicidad.

claudia paredes dijo...

Conozco. Lo describiste tal cual.

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